Duermes hermoso,
tus parpados cerrados
tan inocentes
junto a tus oscuras pestañas,
largas y perfectas,
esconden ese maldito desastre que es tu mente.
Me gusta verte soñar.
Tus extensos brazos sobre los míos,
tan suaves,
me llevan a acariciarlos
una y otra vez.
Tus manos agarran las mías ligeramente,
haciéndome sentir que estas ahí.
Tu alborotado pelo
desprende ese olor tan particular,
tan único,
que me quiero guardar eternamente.
Beso tus parpados,
me sonríes y me abrazas,
acercándome aun más a ti,
con la perfecta mezcla de fuerza y dulzura.
Acerco mi boca a tu oreja,
mis labios la rozan,
y yo susurro
"Duermes hermoso".
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