Le dije adiós tantas veces, que se convirtió en una forma de saludo. Le dije adiós tantas veces que la sonrisa se me hacÃa en los costados de la calma y de la dicha, de un dÃa siguiente. Le dije adiós tantas veces, que lo creà en el pasado. Le dije adiós tantas veces que cuando todo realmente termino, yo, nisiquiera me despedÃ.