Apagamos las luces por miedo, a ver nuestra propia luz, alejando los sentimientos por completo de nuestra mente. Damos por establecido que nuestros corazones deben caer en las manos equivocadas siempre, y terminamos en ellas eternamente. Se que buscamos la paz en caricias y besos, y que en bocas ajenas nos terminamos ahogando. Se que solo somos inalcanzables cuando se trata de querernos.