Te veo,
te veo y no puedo dejar de verte,
te veo en las primeras silabas alargadas
de un nuevo amanecer.
Te veo bajo el cielo estrellado,
durmiendo a mi lado,
te veo frente a mi con tus cálidos ojos cafés,
siguiéndome.
Te veo en el quieto lago,
recostado y alejado,
en el mar y sus olas,
en la música que bailas y cantas,
a tu propio compás, libre.
Te veo recogiendo los versos que brotan de mis labios,
te veo saciado, riendo,
en mis escritos,
en el arte.
Te veo,
te veo y no puedo dejar de verte.
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